Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en la gran https://neveuvlj957858.blog-eye.com/38835516/la-expulsión-de-zidane-tras-su-cabezazo-inolvidable